A la vez que pintaba, descubría el diseño y en lugar de comenzar a estudiar de manera formal, me interesé por su producción y aplicación en la realidad: la imprenta. Ese lugar me enseñó que cada proyecto tiene una finalidad única y, sobre todo, una importancia funcional por encima de la estética. Poco después, quise ser dueño de mi tiempo y productividad, así que busqué otros caminos.

Comencé a estudiar diseño con la misma actitud con la que me enfrentaba a un muro o un folio en en blanco, creando mis propias imágenes y recursos con infinitas posibilidades. Mi obsesión de crear desde cero me condujo a modificar y estudiar a fondo las letras, mi completa vocación. La tipografía me hace feliz.

Y en unos de esos momentos, conocí a David, un diseñador con el que me identificaba por completo y focalizado en la parte visual de las imágenes. Y claro, nos dimos cuenta que 1+1 son 2, que nuestras habilidades y filosofía encajaban y mejoraban. Ese día nació Woka.

En los últimos 5 años me he desvivido tanto con nuestro proyecto como en seguir educándome en todo lo que podía, viajando por todo el mundo y conociendo a referentes del sector. Después de Londres una temporada, he vuelto a mi tierra. Y es aquí, en Almería, donde podéis encontrarnos. 2020 independiente de cómo sea a nivel social, seguiré manchándome las manos con pintura, nutriéndome de personas a las que respeto y quiero y trabajando en cada proyecto como si fuera el último.